Tarde de niebla
La
tarde se viste de con faldas de miseria
sollozando
por una sombra de inciertos vientos
cuando
tu blusa era la única puerta de espera
donde
se amotinaba la piel y su deseo.
Cierro
los ojos. Y casi entierro
en las
esquinas de mi cuarto todos mis recuerdos:
los que
llevaban tu nombre acunando la mañana
agonizando
en un desliz que perdió la esperanza
cuando aún
nada sabía que se llamaba soledad.
Visto
la tarde de abandono y de ojos de niebla
con la
que cegar los ojos de luces inacabadas.
Y el
ultimo recuerdo con que desvisto mi silencio
me
ahoga el alma. Nada palpita. Solo un naufragar
en esta
tarde de niebla. Labios muertos entre tus besos
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