Cartero del cambio
Querido Adri:
Todavía
tus infantiles ojos llenos ausentes de malicia no están hechos para ver tras el
duro aire los enredos con que la vida nos maniata y nos ahoga, y sin embargo,
cuando, sentado en el sofá, nos oyes
hablar de Podemos escuchas con una curiosidad interrogante que me conmueve.
Te
miro a veces y sonrío cuando me dices: ¿A que sí, abuelo? , pero mucho más, déjame
decirte con orgullo, cuando tu madre me dice: “Tiene el mismo carácter que su
abuelo”
Pronto
comenzarás a comprender miles de cosas, y, entre ellas, cómo cuando eras niño,
un grupo de gente se organizó en un partido llamado Podemos para desde allí
transformar esta sociedad de manera que cuando tú te incorporases a la vida de
adulto , las injusticias y la insolidaridad fueran menores de las que nosotros
y nosotras nos encontramos.
Espero
que cuando llegue a esa edad en la que uno comprende y las preguntas se
amotinan en la garganta, todo el esfuerzo de tantos y tantas haya servido para que
tú vivas en un mundo donde puedas ser más feliz entre tantos y tantas tan
felices como tú. Para eso mi esfuerzo,
para ti y para los otros niños y niñas como tú con los que ahora juegas o con
los que convivirás mañana. Deseo con ilusión y espero con esperanza que así
sea.
Y
así, cuando recojas el testigo de otros y salgas a la calle a seguir luchando
por mejorar la sociedad que te tocará vivir, quizá oigas a alguien, y te
sientas orgulloso, decir: “Mira, como su abuelo”.
Mil
besos, Adri.