Versos en la calle
He dejado mis versos amontonados en el descuido
imperecedero de una nostalgia que abrazo en cada día
en que me muerde con labios de deseo la melancolía.
Todo es silencio en la arena de los segundos en los que olvido
sumar ese duro respirar al que llamábamos vida.
Nada mece la tristeza , nada , nada, nada..
Los versos se tornaron puños en una madrugada
en los que gritos abrieron la luz a la desesperanza.
Ahora agrietamos su silencio, ahora la calle se inflama
de fuego de luz, de horizonte que abre la mañana.
Nada es ya igual. El futuro en nuestro. El suyo su nada.
¿No oís cómo nos llama?
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