Un día abriré mis manos


Un día abriré mis manos 

Un día abriré mi puño, 
hambriento de aire y de tu espejo, 
y lo abandonaré en tu mano
que es mi mano, y las sombras de las otras manos
que me llaman en la noche donde los sueños 
no tienen sombra ni amor que los cobije. 
Sólo un nombre, nombre de alas, y de viento, 
y de un mañana que quiso ser hoy, o quizá nada. 
Un día abriré mi mano, 
hambrienta del roce de tu mano, 
y cerraré los ojos, y la boca, y los sueños. 
Un día. Ese día en que todas las manos 
sean dueñas de su destino, de su amor, de su cielo, 
donde el hambre y la angustia sólo sean 
un recuerdo moribundo entre nuestros besos 

No hay comentarios:

Publicar un comentario