Dejarse llevar





Dejarse llevar

 

Me he dejado llevar,

como un torrente sin aire ni mar

abandonado a su propia indiferencia.

El aire llevaba aullidos en las tinieblas

rompiendo los colores del alba y sus quimeras

mientras se enredaban entre la garganta

recuerdos que al aire amenazaban .

Y cuando la mente quiso olvidar que no olvida,

cuando el sueño se hizo cárcel de la nada,

cuando no estuviste tú: nada de mi nada,

en silencio, casi sin darme cuenta,


me dejé llevar.


 


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