Se fue



Se fue


Se fue.
No quiso ser de nadie ni de nada
en aquella triste madrugada
en la que, silenciosamente, se fue.
Quedó apenas un susurro de un recuerdo
abrazado en un espiral de la sombra de mi cuerpo
que se llevó la brisa no sé qué mañana
en la que, no se me olvida, la olvidé.
Y la calle volvió a pintar el asfalto
con ese hálito de absurdo cansancio
con el que los días volvieron a palidecer.
Todo se hizo bruma, y desgana, y miedo.
Fue en aquella mañana.
Se fue.




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