Dejarse






Dejarse
 

Dejemos que el cristal
que nos envuelve en jirones de aire
cuando añoramos azucenas
que nos miraban ávidas de amarte,
enturbie nuestros miedos.
Así, abandonados de toda ignorancia
de saber contar segundos amortajados
en historias que nunca nos nombraban,
soñaremos ángeles caídos
desvanecidos en el paraíso de la tristeza,
que nos lleven al fondo de nuestras quimeras
bañadas en el hambre de mis sueños
y la nostalgia de tu nombre inquieto


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