Ecos de una tarde gris
Se hace
triste la tarde.
El aire
se viste con una gris y azulada bufanda
mezcla de
melancolía e innecesaria nostalgia.
Mis
ojos ciegos apenas llegan a ver el cielo
y se encriptan,
incapaces, tras el duro suelo
por el
que la mente juega con mis pensamientos.
Se
disfraza la tarde de palabras.
El aire
lleva nuevos ecos de ternura al viento
que sonríe
tímido con ojos de luz abiertos
a las
luces con las te llama todas las mañanas.
Se hace
triste la tarde.
Mis
ojos atisban más allá de mis palabras.
El
cielo se entristece. Siente que a su color le faltan
unos ojos
tristes, una sonrisa, una esperanza.
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