Perdido
No,
en la montaña, no,
no
entre sus fríos picos que desgarran
nubes
que juegan de azul y nácar
a
juegos que edulcoran el corazón
No,
en la montaña, no.
No,
en la tierra, no,
no
entre los polvos de caminos
que
se pierden entre viejos horizontes
perdidos
ya los pasos y el destino.
No,
en la tierra, no.
Ni
en el mar ni en sus olas,
no
entre en ese impenitente espejismo
que
bandea recuerdos que me acosan :
es
tan enorme, tan frágil mi destino...
No,
en la eternidad, no.
En
el viento, sí, en el viento,
oscilante
y errático cada mañana,
hoy
huracán, mañana brisa y silencio,
siempre
ciego, siempre llama.
En
el viento estoy , sólo en el viento
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