Segundos disecados
Ando despacio.
Respiro
aire que no desprecio. Ya no me haces daño.
Las
paredes de mi cuarto ya no son ese espejo
que
contaba segundos de un reloj sin tiempo.
Todo es
fatalmente inerme.
No
tengo más palabras que disfracen el silencio
con el
que entre mi miedo te meces
en un ligero
e impenitente sueño
que quisiera
gritar un callado te quiero
entre
esta noche de escarcha y nieve.
Ando
despacio.
Respiro
cadáveres de sueños disecados.
Nada duele. Ya no me haces más daño.