Sueño de niebla
Dormido,
entre humo de sueños tendido,
pólvora
mojada de esperanza,
advirtiendo una diana sin sentido
desportada en los pliegues del mi alma.
…Duerme
niño, duerme. La mañana
llora sonrisas
de negras lágrimas.
Navego
acunado por olas negras sin arena,
mares
sin espuma de deseo,
perdidos los ojos entre la niebla
de tus labios fríos de fría sirena.
…Y el
niño duerme, y duerme la mañana.
Los sueños lloran. Lloran… y callan.