Surco de infinito





Surco de infinito

 

¿ De dónde me nace esta angustia, estas ansias,

de qué interrogante aún no nacido,

de traspasar los límites ficticios del infinito

marcado con cadenas que derrotan la esperanza?

¿Quién me enseñó a desentrañar los caminos

que  me llevan a atisbar verdades más allá del cielo,

caminos que en la noche adormece los pensamientos

de otras almas refugiándolas en el perdido  silencio?

¿Quién marca de mis inagotables noches el desvelo

mientras surco pensamientos apenas aún nacidos,

pensamientos que vislumbro en mi interior tan precisos

como precisa es la agonía que me duerme en sus infiernos?

¿De dónde nacen esta angustia, estas ansias

de qué sentimiento aún no nacido,

de sentir este amor  que sin apenas haber nacido

sé que me llama desde dentro de tu alma?

Te quiero




Te quiero


 

Te quiero

con ese amor de las caricias infantiles

que se enseñan en las manitas de los niños

persiguiendo mariposas invisibles.

 

Te quiero

con ese dolor amargo de fiel testigo

que me acompaña en cualquier absurdo tiempo

en el que tus pasos me dicen tristes que te has ido

 

Te quiero

cuando mis manos son el roce de tus manos

y la música que entre ellas silba el viento

nos canta, cómplice, que siempre nos amamos

 

Te quiero

porque lo sabe el corazón y porque los besos

con que nuestros labios dibujan nuestros cielos

me dicen que eres mi amor, mi vida y mi sueño.



Sólo un instante





Sólo un instante

 

¡Dejadme!

Sólo quiero ver el corazón. Que el corazón sólo te vea

con ese ciego temblor aturdido ante la sombra de tu mirada

cuando entre los olvidos del tiempo tu sangre palpita y calla

los desprecios esquivos en las esquinas de las ausencias.

 

… Hoy sólo quiero sentir tus pupilas heridas entre la niebla…

 

Sólo el corazón, sólo su ansia  de rumores de latidos

que abren la puerta al solitario tren de las despedidas

navegando ebrio  entre fríos andenes amarillos y vacíos

que me recuerdan la tristeza del reverso de tu sonrisa.

 

… Sólo un corazón abierto para encerrar el humo de tus heridas…

 

¡Dejadme!

Sólo quiero sentir hoy a mi corazón en esta mañana

que me sabe a trasluces de sábanas de sueños disfrazadas.

Sólo a mi corazón encerrado entre rompecabezas de palabras

cuando  sabe sentirte. Sentirse a solas sólo con tu mirada

 

 

Viaje




Viaje


 

Un día me iré.

Mi palabras se irán perdiendo lentamente

hasta morir en ese necesario olvido cruel

de una nada que me asusta y me estremece.

 

Otros labios besarán aquellos labios

que acariciaba con el espejismo de que amamos

cuando la piel se amotina entre las venas

ignorando el tiempo y el final que nos espera.

 

Otros versos soñarán aquellos versos

que lloraban melancolías disfrazadas en sueños

con los que mirarse cada uno de los días al espejo

y no fundirse entre el engaño y su momento.

 

Un día me iré.

Viajaré a otro lugar más allá del tiempo,

más allá de este inevitable y vulgar infierno,

más allá de mí. Y de ti. Más allá de todos mis cielos.

 

 

 

 

Miradas





 

 

Miradas

 

Te veo.

Me ves…

Y una sonrisa nace tímida de no sé dónde,

pero tú sabes, bien  lo sabes, el porqué.

 

Te veo.

Y el reloj agudiza el sentido de las horas

que tintinean entre tus labios secos

ávidos de mis labios y de sus sombras.

 

Me ves.

Y tu mirada se hace vulnerable e incierta

al compás de un corazón que dulcemente encierra

el silencio de un: “ te quiero: ¿No lo ves?”

 

Te veo.

Me ves.

Y dos corazones saben que se quieren:

lo demás todo es un sinsentido  incierto.

 

 

 

 

Matemáticas




Matemáticas

 

Como líneas perdidas

que soñaran en ser vidas paralelas

abordando el futuro del infinito del sueño

sabiéndose ya infantilmente derrotadas.

 

Como líneas entrecruzadas

 formando de la agonía el fatal  espejo

en el que cada día de cada uno de los días

rezamos por cada una de las nuevas tristezas.

 

Como un punto perdido en el espacio,

círculo perdido hambriento de sentido,

así vivo yo, buscando líneas de algún destino

que rompa lágrimas de círculos encerrados.

 

Sombras de recuerdos




Sombras de recuerdos


 

Cierro los ojos.

Y ahí, entre sombras que encierran mis recuerdos

en las noches de cárceles por las que vivo  y sueño

estás tú, siempre tú.

 

El aire tembloroso me trasporta suave aquellos besos

que amortiguan el trasluz equivocado del deseo

de que tras el temblor de mis labios pudieras estar tú.

 

...Y también pudiera ser  que una ligera y sutil  lágrima

jugase a dibujar tu nombre en aquel cómplice  cielo

que un día acariciaba dos nombres y los amaba.

 

Cierro los ojos.

Y ahí, entre las sombras que cada día me secuestran

mi alma se sobrecoge en el recuerdo de tu ausencia

cuando todo lo que amaba eras tú, sólo tú.

 

 

Ven




Ven


 

 

 

Ven...  El aire te llama: ¿No lo ves?

 

Las ondas de tu pelo juegan con el viento

mientras el aire te llena con un rumor de besos:

 

¿No lo ves?

 

Tu falda baila con un compás que enciende

el dulce deseo de las estrellas por renacer.

 

Ven...

 

La luz, envidiosa, palidece ante tus mirada

y se esconde orgullosa tras tus pisadas:

 

¿No lo ves?

 

¿No ves que mis versos te buscan y te llaman?

Te echo de menos en esta noche desgarrada.

 

Ven... Ven...

 

Te quiero. ¿No lo ves?

 

 

Paseo de recuerdo




Paseo de recuerdo


 

Paseo despacio por nuestras calles,

las  mismas calles que nos miraban en las tardes

en que tu nombre adornaba el rumor del aire

           

            ...Las aceras encienden las baldosas del recuerdo.

            El viento calla. Todo es silencio.

 

Camino con pasos desganados

en una ruta imprecisa de pasos perdidos

vacíos de alguna dirección y sin sentido.

 

            ...Las luces de la noche quisieran reinventar tu nombre

            pero mueren en una amalgama absurda de colores.

 

Paseo tristemente despacio entre aquellos deseos

cuando el viento soñaba con que nos amábamos.

Ahora el viento calla. Sólo hablan los recuerdos.

 

 

 

 

 

Aprendiz de palabras


Aprendiz de palabras


 

Obrero de palabras,

aprendiz de atrapar la sombra de la vida

en el oscuro tiempo de un verso,

atrapando palabras de sentidos inciertos

para corazones que no saben sangrar

borbotones de roja melancolía.

 

Y así, día a día,

verso a verso, sueño a sueño,

ensayar llevarte al aire de tus ojos,

-de tus tristes ojos, espejo solitario de mis ojos-,

ese lúcido  fracaso presentido e inevitable
 
de mostrarte el fondo de mi alma inalcanzable.