Sólo dos palabras
Sólo dos palabras
Apenas
basta un te quiero,
dos
palabras que amenazan mi silencio,
y el
mundo se queda mudo y quieto.
Y ya
nada importa.
Sólo
acaso un rumor de besos
que
inunda de loca esperanza un cielo
que
moriría sin ti entre mis versos.
Nada
importa.
En tus
ojos mueren mis negras sombras
y mi
alma empapada en tu ternura sueña
paraísos
con nombres de estrellas:
mis
estrellas...
Todo es
calma. Nada importa.
Sólo el
cálido abrazo de este silencio
ciegamente
adormecido entre tus besos
por el
eco de este amor, de un te quiero.
Sombras de vuelta
Sombras de vuelta
He
vuelto
al
comienzo de aquel fin casi olvidado
con esa
desgana que da el aire desgastado
por el
vacío de muertos vientos.
Perdido
el eco del mar y sus recuerdos
respiro
este aire mohíno y seco
que me
lleva al vergel de ese desierto
donde
reverdecen historias de frutos muertos.
He
vuelto.
Sombras
de nombres renacen de sus cenizas
rompiendo
la paz de mis necesarias fantasías.
Cierro
los ojos. La muerte se disfraza de vida.
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